19 de julio de 2010

Otra pequeña historia

Había una vez un chico que no tenía cámara. No era infeliz, pero notaba que algo faltaba en su vida. Un buen día la casualidad hizo que encontrase una. Ese chico tuvo a una cámara. Se sentía contento con esa cámara, todo estaba bien. Pero algo iba mal, poco a poco se iba estropeando todo, hasta que un día... la cámara se rompió. Así fue el fin de la primera.

El chico estuvo sin cámara durante un tiempo, pero poco después apareció otra cámara. Con esta tenía más cuidado, por miedo de que se repitiese lo sucedido con la primera. Todo iba muy bien hasta que un día todo acabó de repente, todo se precipitó al vacío sin avisar, más concretamente, se cayó de un "muro", y la otra cámara se rompió. Así fue el fin de la segunda.

El chico volvió a estar otro tiempo sin cámara. Aun que deseaba tener una. No se conformaba con su móvil... Y un buen día la vio. La vio y no podía quitarle los ojos de encima. Cuando empezó a conocer más sobre la cámara, pensó: " Tiene que ser mía". Pasó un tiempo hasta que se decidió a conseguirla, pero... los de la tienda no le dejaron llevársela por estar pagando ya un ordenador. Fue un golpe duro para el chico. ¿qué haría ahora? ¿Rendirse? No. Ganó dinero en un concurso y decidió volver a intentarlo. Aun que el miedo a un segundo rechazo se lo impedía. Aun así no se echó atrás. Tiempo después volvió a intentarlo, y...

Esta vez sí, esta vez fue aceptado. El chico estaba lleno de felicidad. Por fin tenía lo que quería. Y esta cámara era mejor que las otras dos anteriores juntas. Esta es la tercera, y esperemos que última. El chico no la abandonará, y no dejará que esta lo haga.

FIN

(Esta historia es totalmente inventada, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)

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