Esa persona

Estamos de madrugada y me apetece escribir, y de quién mejor que de la persona que ocupa mi insómnica mente.

Sí, ella, esa persona que me tiene aparvado, esa persona que hace que lo posible parezca imposible, ya que es imposible que sea posible... por desgracia. Esa persona que provoca un efecto en mi que no provoca ninguna otra. Esa persona que, cuando la miro a los ojos, me cuesta apartar la mirada. Esa persona que, si la miro demasiado, sabrá lo que pienso de ella. Esa persona que me entiende aun que no me comprenda. Esa persona que comprendo y quiero entender.

Sí, ella, esa persona que cuando la tengo al lado siento un cosquilleo extraño en el pecho. Esa persona que cuando la veo me dan ganas de abrazarla y no puedo. Esa persona que dan ganas de quererla. Esa persona que podría estar escuchando eternamente. Esa persona con la que quiero caminar sin decir nada. Esa persona que a veces dibujo y nunca publico. Esa persona que inspira todos mis textos, y sin embargo no soy capaz de decirle ni la mitad de lo que escribo en ellos.

Sí, ella, esa persona que quiero decir quien es. Esa persona a la que quiero decirle lo que pienso. Esa persona a la que no le puedo decir lo que siento. Esa persona que está cerca y lejos al mismo tiempo. Esa persona que no es como yo, pero somos muy iguales. Esa persona que no es como las demás personas. Esa persona que está siempre en ese rincón aun que yo me “olvide” de ella. Esa persona que es de las personas que no quieres dejar escapar pero que no te queda otra opción.

Sí, ella, esa persona que nunca diré quien es. Esa persona que nunca sabrá quien es. Esa persona de la que me arrepentiré durante mucho tiempo el no haberle dicho nada.

Sí, ella, esa persona.