2 de febrero de 2011

Ser o no ser

Yo te conozco y tú me conoces. Sin embargo, ni tú ni yo sabemos quiénes somos, quiénes fuimos ni quiénes seremos. De hecho, es posible que nunca seamos nada...

Tú sabes lo qué quieres ser y yo sé lo qué quiero ser. Aun que lo que queremos cada uno de nosotros no es compatible con lo que quiere el otro. O una cosa u otra, pero las dos... Es imposible. De eso se trata, supongo. De imposibles. Pero, ¿Quién decide qué es posible y qué es imposible? Nosotros, únicamente nosotros. Y es por ese mismo motivo por lo que es imposible, porque no existe la posibilidad de que sea posible. Posiblemente sí exista, pero no en este universo.

Sólo uno de los dos podrá ser lo que quiere ser. ¿Quién será? La respuesta es evidente. Yo nunca he conseguido ser lo que quiero ser. A pesar de ser quién quiero ser, no seré lo que quiero ser. La alegría de uno será la tristeza del otro y viceversa, desde el punto de vista de cada uno de nosotros, claro está. Pero yo sé que si quisiésemos ser lo que quisiésemos ser, a la vez, en la misma dirección, en el mismo lugar. Haría que las felicidades de cada uno se convirtiesen en una sola felicidad. Siendo los dos uno solo, y sólo siendo los dos. Un “tú y yo” y un “nosotros”.

Cómo dice el refrán que me acabo de inventar: “Del “querer ser” al “llegar a ser” hay mucho camino por recorrer”. Podría recorrer ese camino, podría hacerlo. Pero andar por un camino no implica que vayas a llegar a algún lado. Y si llegas, no tiene por que ser el que deseas.

Y siendo todo como es que no es nada, ni somos, ni eres ni soy. Así nos quedamos, sabiendo que sólo unos de nosotros será y uno de nosotros no será... Y yo sé que no seré quién sea el que es... Así son las cosas y así seguirán siendo.

Feliz es lo que quiero que seas.

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