30 de agosto de 2011

Adiós para siempre, adiós

Se abrazaron. Era un abrazo como otro cualquiera, sin nada en especial. O al menos eso parecía. Él notó algo en ese abrazo. Sintió que era un abrazo de despedida. Ella seguramente lo dio pensando en eso. O quizás no, pero el sabía que era un abrazo de adios. No un "adiós" de "nos vemos mañana" sino un "adiós para siempre, adiós".

El último abrazo. Un último abrazo y nunca más se volverían a ver. Nunca volverían a coincidir, nunca se cruzarían por la calle. Él va buscando su cara entre la gente, ella quizás ni lo recuerde.

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