Esta vez sí. Esta es la última. No me lo prometo, me lo obligo. Por qué? Porque soy una persona a la que no le gusta ir detrás de imposibles. Nunca me ha gustado y nunca me gustará. Y es posible que me pase lo de siempre. Siento esto, intento hacer que desaparezca, y cuando parece que ha desaparecido, tus ojos me lo recuerdan de nuevo. Mientras tú tengas ojos yo tendré este sentimiento. Quizás lo que tenga que hacer es no mirarlos, porque siempre me quedo colgado de ellos y luego pasa lo que pasa.
Sabes? Hubo un tiempo en el que pensé que no era un imposible. Incluso llegué a creérmelo. Pero soy de reacción lenta en estos temas, y ya se sabe lo que pasa cuando reaccionas lento. Pues eso.
Hay que ver que tontería, me resulta tan fácil escribir todo esto callándome cosas por prevención más que vergüenza, y al pensar en decírtelo... me atasco. Lo que son las cosas. La diferencia de hablar y escribir... Yo no valgo para hablar...
Hubo un tiempo en que pensé en el futuro, incluso cuando era más imposible que ahora. Pensaba en como sería nuestra hipotética vida, nuestra hipotética casa, nuestro hipotético gato, nuestras hipotéticas vacaciones en un hipotético París... Antes ese futuro era imposible, ahora es improbable... O quizás lo siguiente, o quizás no. Quién sabe. Yo no, yo no lo sé, y nunca lo sabré porque nunca intentaré averiguarlo. Por qué? Respuesta obvia. NO. No?
Y siempre me preguntaré qué hubiese pasado, pero bueno. Una pregunta más que se va al cajón de las preguntas sin contestación. Sin contestación por mi culpa, todo sea dicho.
Y, sin esperar que suceda un milagro, haré como si nada hubiese pasado. Cómo si siempre te hubiese visto de la manera en que le hice, y le hago, creer a todo el mundo y a ti.
A veces pienso que un día te darás la vuelta y verás en mi lo que yo veo en ti, pero nunca te darás la vuelta. Para qué mirar atrás habiendo cosas mejor hacia adelante? Quizás deba correr un poco más y ponerme delante... quizás... o quizás no.
Y como este texto es mi mente. Lleno de “quieros” y “no puedos”, “puedos” y “no debos”.
Be happy my friend
[Me lo merezco por idiota]
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